lunes, 10 de noviembre de 2014

El fin de los sueños de Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina

Título: El fin de los sueños
Autores: Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina

Editorial: Plataforma Neo
Palabras clave sobre el género: Fantasía, juvenil, onírico, misterio

Puntuación total: 3'5/5
Edición: 3/5
Narración: 3'5/5
Diálogos: 3'5/5
Personajes: 3'5/5
Relaciones: 3'5/5

Antes de nada y como mensaje personal, me gustaría recomendaros que si sois lectores asiduos de José Antonio Cotrina (como es mi caso), no leáis El fin de los sueños con ideas preconcebidas. Es una escritura a cuatro manos, dos cerebros y, por lo tanto, dos veces de ver y entender el mundo que deben conciliarse para poder escribir una buena novela, como es este caso.

El mundo de los sueños nunca fue tan aterrador, y es que una de las cosas que más respeto me han dado desde pequeña es la simple idea de que alguien tome el control y decida qué debo soñar. Porque si hay algo que tengo seguro es que mi subconsciente puede ser libre cuando estoy dormida, por eso la premisa de esta novela me resultaba atractiva desde el comienzo.

Ciudad Resurrección se estructura en niveles de altura, los inferiores deben lidiar con la contaminación y con la pobreza, mientras que los superiores disfrutan de la buena vida y de unos sueños a la carta. En un lugar así, cada minuto tiene que estar optimizado y en la última guerra se descubrió que el cerebro humano no necesita dormir, solo soñar y el Gobierno ha conseguido un método por el que es posible programar sueños artificiales y se distribuyen como si fueran productos.

En este escenario tan poco esperanzador y de lo más original, los autores proponen un amplio número de personajes muy diferentes alrededor de un misterio. Un secreto de dos patas, la primera es una muerte que reabre viejas heridas en la ciudad y la segunda la aparición de una joven en el sueño de diversos adolescentes pidiendo ayuda.

Nos encontramos ante una historia fantástica con tintes de misterio y con dos hilos narrativos que confluyen hacia la misma premisa. Encontramos personajes como Ismael, el hijo de un relojero que también ejerce como artesano onírico, y Anna, en principio poco más que la niña perfecta de una madre que quiere aspirar siempre a más. Serios, comedidos y comprometidos con los misterios que se les presentan. Ellos dos son los que deben llevar la voz cantante, aunque personalmente me decanto por Vito y Aaron, que son los que más lograron sorprenderme y mantenerme pegada a la lectura. Aunque tengo que decir que el protagonista de mi escena preferida de la novela es Ismael. Por otro lado, Sammy es el contrapunto perfecto, el factor cómico y refrescante que desde el principio quieres adoptar para llevártelo contigo a cualquier aventura.

La narración mantiene una tercera persona siempre, pero se acerca mucho a los personajes, haciéndola amena e incluso introspectiva en algunos momentos. La fantasía que los autores manejan es oscura, pero posee una inocencia que se mantiene hasta en los momentos más oscuros. Alguno de los descubrimientos que hacen algunos personajes y el resultado que obtienen otros es bastante positivo. Aunque a la hora de la verdad, no les tiembla la mano para borrar de la faz de la tierra a personajes con peso.

En resumen, me resultó una lectura original, diferente con una narración unificada que no parece surgir de dos autores, si no de uno. Desde que terminé la novela, el deseo nocturno de “dulces sueños” no ha significado lo mismo.

Cita:
Cuando era niño y algo lo asustaba, su madre le pedía que prestara atención a esos tics y tacs, a esa melodía básica de dos movimientos que llegaba de todas partes a un tiempo.
—¿Oyes eso? —le preguntaba—. Son los latidos de los corazones del ejército que cuida de ti. Aquí estás a salvo, Ismael. Los relojes nunca permitirán que te pase nada malo.

2 comentarios:

Malabaricien dijo...

Libro curioso donde los haya, aunque en mi caso he de decir que me decepcionó un poco. Me fascina la escritura de Cotrina, su perfección, su oscuridad, sus mundos y sus personajes, y desde luego se nota que el libro como dices no es sólo suyo.
Quizás ese fue mi error, esperarme algo tremendamente oscuro. Aun así, dejando eso de lado, lo que es innegable es que esta historia es muy original y entretenida.

Marta Cruces Díaz dijo...

Gracias por el comentario, Malabaricien, hacía mucho que no te tenía por aquí =D.
Espero que no sea la última vez que estos dos escritores nos deleiten con una obra conjunta, porque se les da muy bien escribir juntos. Así que tendrás oportunidad de probarlo con otros ojos.